¿Acabas de parir y te preguntas si puedes portear?
Es una duda muy habitual. A muchas mamás les pasa: están en pleno posparto, con el cuerpo cambiando, la espalda que duele, el suelo pélvico que aún no responde como antes… y entonces escuchan que “no deberían portear”.
Pero ¿y si te dijera que el porteo ergonómico, bien hecho, puede ayudarte a sentirte mejor?
No solo es una herramienta maravillosa para calmar al bebé, favorecer el sueño o mantener el contacto… también puede ayudarte a ti. Sí, a ti. A sostener con más equilibrio, a moverte con menos tensión, a seguir cuidando sin dejarte a un lado.
El cuerpo no vuelve al punto de partida con un clic
Después del parto, el cuerpo necesita tiempo. Lo sabemos, pero se nos olvida. La barriga no desaparece, la musculatura está distendida, el suelo pélvico sensible… y en medio de eso, tú, tratando de atender a tu bebé, dándole el pecho, acunándolo, vistiéndole, y volviendo a agacharte una y otra vez.
No es extraño que aparezcan molestias. Lo que es extraño es que no se hable más de ello.
Y ahí entra el porteo ergonómico. No para forzar. No para cargar. Sino para acompañar. Para ayudarte a sostener a tu bebé sin que toda la carga recaiga en tus brazos o en tu espalda baja.
Porteo ergonómico: si lo haces bien, también es autocuidado
Un portabebés bien colocado puede ayudarte más de lo que imaginas. No sustituye una valoración posparto, ni ejercicios de recuperación, pero sí puede ser una forma de alivio y de sostén.
Lo he visto muchas veces. Mamás que llegan pensando que ya no pueden portear porque tienen molestias en el suelo pélvico, y descubren que con los ajustes adecuados, no solo pueden portear, sino que se sienten mejor haciéndolo.
Claro, hay claves importantes:
Que el portabebé abrace tu cuerpo sin apretar la zona baja del abdomen.
Que el cinturón esté bien colocado, no muy bajo.
Que los tirantes repartan el peso y te permitan mantener una postura abierta, con los hombros relajados.
Que el ajuste sea firme, para que no tengas que compensar con otras zonas del cuerpo.
Y por supuesto, que el bebé vaya en la posición adecuada, mirando hacia ti.
No hay una única manera de portear. Pero sí una que encaja contigo.
Cada cuerpo es distinto, y cada posparto también. No todas necesitamos lo mismo, ni al mismo tiempo. Por eso siempre insisto en el acompañamiento personalizado. No se trata de venderte un portabebé. Se trata de escucharte, verte, y encontrar juntas la mejor manera de portear según cómo estás tú ahora.
A veces será con bandolera. Otras, con una meichila bien colocada. O quizá con mochila, pero en la espalda. Y todo eso lo podemos explorar juntas.
Cuidarte mientras cuidas. De eso va todo esto.
Porque sí, puedes portear tras el parto. Pero no como una obligación, ni como un reto físico. Sino como un acto de cariño hacia ti misma también.
Si sientes molestias, si no sabes cómo colocar el portabebé, o si simplemente te gustaría que alguien te acompañe en este proceso, aquí estoy. Como asesora, pero también como madre. Como alguien que también ha estado ahí, intentando sostener y sostenerme a la vez.
📍 Si estás en Zaragoza, puedo atenderte presencialmente.
📦 Y si estás en cualquier parte de España, en 24h tienes tu portabebé en casa.
📲 Te acompaño por WhatsApp con vídeo, foto y todas las ganas para que te sientas segura.
