Septiembre: el mes del cambio y los nuevos comienzos
Volver a la rutina en septiembre, después de un verano lleno de descanso y desconexión, puede ser un desafío para muchas familias.
No es fácil adaptarse de nuevo a los horarios de trabajo y colegio, y este período de transición suele traer consigo un poquito de estrés posvacacional.
Por si fuera poco, es un mes exigente a nivel económico, con gastos adicionales como matrículas, uniformes y materiales escolares.
Además, septiembre marca para muchas familias el inicio de nuevas etapas: la primera entrada de los peques a la guardería o al colegio, y con ello, la primera separación significativa de sus figuras de apego.
Este proceso puede ser difícil tanto para los niños como para los padres, con emociones como ansiedad, tristeza o incluso llanto.
Por eso, es importante tener paciencia y hacer una adaptación progresiva.
Las primeras semanas pueden ser decisivas para que los niños se sientan seguros en su nuevo entorno.
Si tienes la oportunidad, dedica tiempo a recogerlos porteando con un portabebé como un fular de porteo o una mochila ergonómica.
Estar cerca de tu corazón, sintiendo tu calor y el continuo movimiento que les resulta tan familiar, les ayudará a encontrar calma y sostén después de un día lleno de novedades.

Validemos sus emociones
Es normal que los niños estén nerviosos, irritados o descontrolados estos días.
Pasar de un verano relajado, con horarios más flexibles, a la rutina de madrugones y actividades estructuradas no es fácil.
Imagina lo que puede suponer para ellos el cambio de haber jugado en libertad en el pueblo o la playa a pasar tiempo en la ciudad, en un piso o con menos espacio para moverse.
Lo mejor que podemos hacer como padres es validar sus emociones.
No les digamos “no pasa nada” cuando claramente sienten algo diferente.
En lugar de eso, pongamos palabras a lo que están viviendo: “Entiendo que estés un poco triste o nervioso por empezar el cole, es algo nuevo, pero poco a poco lo iremos haciendo juntos”.
Escucharles, abrazarles y tranquilizarles será clave para que enfrenten esta transición con mayor seguridad.
Hablemos de lo positivo
Una vez hemos validado sus sentimientos, ayudémosles a ver el lado positivo de volver al cole o la guardería.
Recordémosles que podrán reencontrarse con sus amigos, conocer a compañeros nuevos, disfrutar de juguetes diferentes y aprender cosas emocionantes.
Hablar de estas ventajas, adaptadas a su edad, puede motivarles y reducir su ansiedad.
Y no olvidemos ser honestos.
Si les esperan cambios como un nuevo profesor o colegio, no tratemos de ocultarlo.
Es mejor hablarlo con naturalidad para que lo asimilen poco a poco, sabiendo que estaremos a su lado para ayudarles a regular sus emociones y enfrentar la nueva situación.
Recuperemos la rutina poco a poco
Después de días de playa, fiestas en el pueblo y horarios descontrolados, volver a los ritmos habituales de comida, sueño y actividades puede ser un reto.
Por eso, en la vuelta al cole, lo ideal es empezar con pequeños ajustes antes de que llegue el primer día de cole: adelantar la hora de ir a dormir, establecer horarios más regulares para las comidas y planificar las mañanas con tiempo para evitar prisas.
Involucrarles en la vuelta al cole
Una forma de prepararles para el inicio del curso es hacerles partícipes del proceso.
Podéis forrar juntos los libros, etiquetar materiales, preparar la mochila o elegir su ropa para el primer día. Esto no solo les ayuda a sentirse más implicados, sino que también crea momentos especiales en familia.
¿Y si hay un bebé en casa?
La vuelta a la rutina puede ser aún más exigente si hay un bebé en casa y varios niños en edad escolar.
Las mañanas suelen ser un caos: vestirles, preparar mochilas, desayunos… ¡y salir de casa a tiempo! Si este es tu caso, te recomiendo levantarte con tiempo suficiente para que todo fluya con menos estrés.
Portear al bebé puede ser una gran ayuda.
Una bandolera o una mochila ergonómica permite tener las manos libres para atender al mayor, preparar todo y salir con calma.
Si vas andando al colegio, puedes llevar al bebé porteado y al mayor de la mano o en una silla de paseo. Si utilizas el coche, elige un portabebé práctico que puedas colocar y quitar rápidamente.
Esto hará que las transiciones sean mucho más sencillas.
Vuelta al cole: Un poco de paciencia (y mucho ánimo)
Sabemos que estos días no son fáciles ni para los niños ni para los padres.
La vuelta al cole requiere energía y paciencia para gestionar horarios, emociones y las nuevas dinámicas familiares. Pero, poco a poco, todos iremos adaptándonos.
Lo más importante es que, al recoger a los niños, invirtamos tiempo de calidad con ellos: jugando, abrazándoles o simplemente escuchándoles.
Mostrarles amor y atención será fundamental para que se sientan valorados y queridos en esta etapa de cambio.
¡Mucho ánimo para todas las familias en este regreso a la rutina! Recordad que, aunque septiembre sea un mes de desafíos, también es una oportunidad para nuevos comienzos y experiencias.